martes, 31 de mayo de 2011

La Batalla de Bailén


La Batalla de Bailén se libró durante la Guerra de la Independencia Española y supuso la primera derrota en batalla campal de la historia del ejército napoleónico. Tuvo lugar el 19 de julio de 1808 junto a la ciudad jienense de Bailén. Enfrentó a un ejército francés de unos 21.000 soldados al mando del general Dupont con otro español más numeroso (unos 27.000) a las órdenes del general Castaños. Fue la primera gran derrota de un ejército napoléonico.




Las Juntas de gobierno de Sevilla (Junta Suprema de España e Indias) y Granada comenzaron el reclutamiento de dos ejércitos, que debían cortar el camino a través de Sierra Morena a los franceses. El germen del Ejército de Andalucía lo formaban las tropas regulares del Campo de Gibraltar, 16 regimientos de infantería y 3 de caballería al mando del general Castaños. Por su parte, Teodoro Reding comenzó el reclutamiento de un segundo ejército, donde se encontraba su Regimiento Suizo de Reding nº 3, en la provincia de Granada. El reclutamiento fue masivo, destacando el número de voluntarios, que formaban más de la mitad del Ejército de Andalucía (unos 17.000 hombres).
A comienzos de junio, Pierre Dupont partió de Madrid para someter Andalucía y rescatar a la escuadra francesa de Rosily, que permanecía en Cádiz. La dureza de la ruta, donde fueron acosados continuamente por bandoleros y cruzaron poblaciones hostiles como Valdepeñas, que se levantó en armas el día 6, haciendo retroceder hasta Toledo a buena parte de su tropa (Contienda de Valdepeñas), le llevó a saquear Córdoba el 8 de junio. Cuando recibió la doble noticia de que la flota francesa en Cádiz se había rendido y que se estaba organizando un ejército para cortarle el paso, abandonó la ciudad y se recogió al amparo de Andújar, donde estableció su cuartel general el 18 de junio. El 26, recibe a la segunda división, al mando de Dominique Honoré Antoine Marie Vedel, que había derrotado a un contingente de voluntarios españoles en Despeñaperros, y había dejado un regimiento en La Carolina para proteger las comunicaciones con el centro de la Península.

Por su parte, Francisco Javier Castaños se reunió con los mandos españoles en Porcuna para decidir la estrategia a seguir. Dos divisiones, una regular al mando de Félix Jones y la de reserva al mando de Manuel de la Peña, que formaban las tropas de Castaños (unos 12.000 hombres) debían atacar Andújar, clavando a las fuerzas de Dupont. Una tercera división, formada por 8.000 hombres al mando del marqués de Coupigny, cruzaría el Guadalquivir más al este, a la altura de Villanueva de la Reina. Por último, Reding dirigiría al ejército de Granada (10.000 hombres) a través de Mengíbar.

El 13 de julio, Reding se apresta a cruzar el Guadalquivir en Mengíbar. Esta población estaba defendida por unos 2.000 hombres al mando del general Ligier-Belair. En la madrugada del 14, el primer escuadrón de dragones de Numancia y el de cazadores de Olivenza, al mando del general Francisco Xavier Venegas, hacen huir a la caballería francesa al otro lado del río. Ante la amenaza de nuevos ataques, Ligier-Belair evacua la población y solicita ayuda a Vedel.

Reding, por su parte, comienza el ataque el día 15 de julio muy temprano. Ante la llegada de Vedel a media mañana, interrumpe el ataque. Vedel abandonaría la posición posteriormente, ante la petición de refuerzos por parte de Dupont, y marcharía hacia Andújar.
Al día siguiente, Reding dispone todas sus fuerzas, más refuerzos de Coupigny.

lunes, 30 de mayo de 2011

Europa Napoleónica

El Código Napoleónico fue introducido en todos los nuevos Estados creados bajo el Imperio Francés. Se abolieron el feudalismo y la servidumbre y se estableció la libertad de culto (salvo en España). Le fue otorgada a cada Estado una constitución en la que se concedía el sufragio universal masculino, una declaración de derechos y la creación de un parlamento. Fue instaurado el sistema administrativo y judicial francés; las escuelas quedaron supeditadas a una administración centralizada y se amplió el sistema educativo libre de manera que cualquier ciudadano pudiera acceder a la enseñanza secundaria sin que se tuviera en cuenta su clase social o religión. Cada Estado disponía de una academia o instituto destinado a la promoción de las artes y las ciencias, al tiempo que se financiaba el trabajo de los investigadores, principalmente el de los científicos. La creación de gobiernos constitucionales siguió siendo sólo una promesa, pero el progreso y eficacia de la gestión fueron un logro real

jueves, 26 de mayo de 2011

Cortes de Cádiz

      Se conoce como Cortes de Cádiz a la Asamblea constituyente inaugurada en San Fernando el 24 de septiembre de 1810. Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) las revueltas populares desembocan en la creación de Juntas Locales y Regionales de Defensa. Estas Juntas tienen como objetivo defenderse de la invasión francesa y llenar el vacío de poder.
      Durante la profunda crisis creada por la guerra, la Junta Central Suprema, que se creó tras la derrota francesa en la Batalla de Bailén, ordenó mediante decreto del 22 de mayo de 1809 la celebración de Cortes Extraordinarias y Constituyentes, rompiendo con el protocolo tradicional pues sólo el rey tenía la potestad de convocarlas y presidirlas. 
       El 24 de septiembre de 1810 se celebró la primera sesión de las Cortes Extraordinarias y Constituyentes en la ciudad de San Fernando. Fue en esta localidad donde se promulgaron los decretos relativos a la Soberanía Nacional, la división de poderes, la igualdad y la legalidad o la libertad de imprenta. Todo ello sentaría las bases del Estado Democrático y de Derecho.Participaron en las reuniones representantes de las provincias españolas y también de los territorios americanos y de Filipinas. Existían tres grandes tendencias entre los delegados: los absolutistas, que defendían el regreso de la monarquía y del reinado absoluto de la Casa de Borbón, los jovellanistas, ilustrados y defensores de las reformas, pero no del carácter revolucionario de éstas, y los liberales, que defendían la adopción de reformas inspiradas en los principios de la Revolución francesa.
     La tarea de las Cortes de Cádiz fue crear un cuerpo legislativo de carácter liberal sobre el que crear un nuevo orden social que acabara con la sociedad estamental que había caracterizado a España hasta ese momento. El producto de esta labor fue la Constitución de 1812, llamada «La Pepa» pues se promulgó en la festividad de San José. Esta constitución fue el primer texto constitucional con el que contó España.
      En las Cortes de Cádiz estaban representados los tres estamentos. Los liberales, los conservadores y los burgueses que sustituyeron a algunos representantes conservadores al no poder acceder a Cádiz por la ocupación francesa.
      Las Cortes crearon un nuevo sistema político basado en el principio de la soberanía nacional, con la monarquía como forma de gobierno, pero con división de poderes. Tanto el Rey como las Cortes poseían la facultad para crear leyes de forma conjunta.
      Sin embargo, estos adelantos fueron suspendidos por el Decreto de Valencia de 4 de mayo de 1814 del rey Fernando VII, que declaró nula la Constitución de 1812 y todas las decisiones de las Cortes de Cádiz.
   

CASTILLO

Castillo (del latín castellum, diminutivo de castrum) es, según definición del Diccionario de la RAE, un «lugar fuerte, cercado de murallas, baluartes, fosos y otras fortificaciones». Existe toda una serie de edificaciones militares que guardan analogías con el castillo, como el alcázar, la torre, el torreón, la atalaya, el fuerte, el palacio fortificado, la ciudadela o la alcazaba, lo que hace que no siempre sea fácil asegurar si se trata o no de un castillo propiamente dicho. Se tiene normalmente por tal el conjunto formado por un recinto amurallado que encierra un patio de armas, en torno del cual se sitúan una serie de dependencias y que dispone por lo menos de una torre habitable

Constitucion de 1812

Tras el Levantamiento del pueblo de Madrid contra los franceses, ocurrido el 2 de mayo de 1808, se produjo en numerosos territorios un fenómeno espontáneo de resistencia a los franceses que se agrupó en las llamadas Juntas. El 25 de septiembre del mismo año se constituyó la Junta Suprema Central Gubernativa con sede primero en Aranjuez (Madrid) y luego en Sevilla. Sus funciones fueron las de dirigir la guerra y la posterior reconstrucción del Estado. La situación de vacío de poder dejada tras las Capitulaciones de Bayona, en virtud de las cuales Carlos IV abdicó en su hijo Fernando VII, el cual a su vez abdicó en Napoleón, quien finalmente abdicó la corona española en su hermano José I Bonaparte, sumió en el caos a la administración española, y las Juntas de gobierno fueron el único organismo público que supo aglutinar y gestionar los pocos territorios peninsulares que quedaron fuera del control francés, principalmente el sur y el levante español.En un primer momento, las juntas, dirigidas por el anciano Conde de Floridablanca, trataron de mantener el orden y preservar el Estado hasta la restauración de la dinastía borbónica en los términos previos a la intervención napoleónica. Sin embargo, conforme fueron avanzando los acontecimientos, se fue haciendo evidente que la descoordinación entre juntas y la ausencia de un orden institucional claro perjudicaban la causa de las mismas; el avance francés hacia el sur resultó inicialmente imparable, con la entrada del propio Napoleón en Madrid. Igualmente, las reformas ilustradas y progresistas que introducía el gobierno de José I Bonaparte en los territorios bajo su control, promovidas por algunos destacados ilustrados y afrancesados españoles, chocaban de frente con las pretensiones pro-absolutistas de las Juntas. La eficacia y la legitimidad real de las mismas fue puesta en entredicho, y ante el vacío de poder reinante, se vio la necesidad de convocar unas Cortes, que inicialmente habían de reunirse en Sevilla en 1809. Se plantearon dos posibilidades sobre el futuro político español. La primera de ellas, representada fundamentalmente por Jovellanos, consistía en la restauración de las normas previas a la monarquía absoluta, mientras que la segunda posibilidad suponía la promulgación de una nueva Constitución

Renacimiento

Renacimiento es el nombre dado a un amplio movimiento cultural que se produjo en Europa Occidental en los siglos XV y XVI. Sus principales exponentes se hallan en el campo de las artes, aunque también se produjo una renovación en las ciencias, tanto naturales como humanas.
El Renacimiento es fruto de la difusión de las ideas del humanismo, que determinaron una nueva concepción del hombre y del mundo.
El nombre «renacimiento» se utilizó porque éste retomaba los elementos de la cultura clásica. El término simboliza la reactivación del conocimiento y el progreso tras siglos de predominio de un tipo de mentalidad dogmática establecida en la Europa de la Edad Media. Esta nueva etapa planteó una nueva forma de ver el mundo y al ser humano, el interés por las artes, la política y las ciencias, revisando el teocentrismo medieval y sustituyéndolo por cierto antropocentrismo.
El historiador y artista Giorgio Vasari había formulado una idea determinante, el nuevo nacimiento del arte antiguo, que presuponía una marcada conciencia histórica individual, fenómeno completamente nuevo en la actitud espiritual del artista.
De hecho, el Renacimiento rompió, conscientemente, con la tradición artística de la Edad Media, a la que calificó como un estilo de bárbaros, que más tarde recibirá el calificativo de gótico. Con la misma conciencia, el movimiento renacentista se opuso al arte contemporáneo del norte de Europa.
Desde una perspectiva de la evolución artística general de Europa, el Renacimiento significó una «ruptura» con la unidad estilística que hasta ese momento había sido «supranacional».
Sobre el si
Renacimiento es el nombre dado a un amplio movimiento cultural que se produjo en Europa Occidental en los siglos XV y XVI. Sus principales exponentes se hallan en el campo de las artes, aunque también se produjo una renovación en las ciencias, tanto naturales como humanas.
El Renacimiento es fruto de la difusión de las ideas del humanismo, que determinaron una nueva concepción del hombre y del mundo.
El nombre «renacimiento» se utilizó porque éste retomaba los elementos de la cultura clásica. El término simboliza la reactivación del conocimiento y el progreso tras siglos de predominio de un tipo de mentalidad dogmática establecida en la Europa de la Edad Media. Esta nueva etapa planteó una nueva forma de ver el mundo y al ser humano, el interés por las artes, la política y las ciencias, revisando el teocentrismo medieval y sustituyéndolo por cierto antropocentrismo.
El historiador y artista Giorgio Vasari había formulado una idea determinante, el nuevo nacimiento del arte antiguo, que presuponía una marcada conciencia histórica individual, fenómeno completamente nuevo en la actitud espiritual del artista.
De hecho, el Renacimiento rompió, conscientemente, con la tradición artística de la Edad Media, a la que calificó como un estilo de bárbaros, que más tarde recibirá el calificativo de gótico. Con la misma conciencia, el movimiento renacentista se opuso al arte contemporáneo del norte de Europa.
Desde una perspectiva de la evolución artística general de Europa, el Renacimiento significó una «ruptura» con la unidad estilística que hasta ese momento había sido «supranacional».
Sobre el significado del concepto de Renacimiento y sobre su cronología se ha discutido muchísimo; generalmente, con el término «humanismo» se indica el proceso innovador, inspirado en la Antigüedad clásica y en la consolidación de la importancia del hombre en la organización de las realidades histórica y natural que se aplicó en los siglos XV y XVI.
El Renacimiento no fue un fenómeno unitario desde los puntos de vista cronológico y geográfico. Su ámbito se limitó a la cultura europea y a los territorios americanos recién descubiertos, a los que las novedades renacentistas llegaron tardíamente. Su desarrollo coincidió con el inicio de la Edad Moderna, marcada por la consolidación de los Estados europeos, los viajes transoceánicos que pusieron en contacto a Europa y América, la descomposición del feudalismo, el ascenso de la burguesía y la afirmación del capitalismo. Sin embargo, muchos de estos fenómenos rebasan por su magnitud y mayor extensión en el tiempo el ámbito renacentistagnificado del concepto de Renacimiento y sobre su cronología se ha discutido muchísimo; generalmente, con el término «humanismo» se indica el proceso innovador, inspirado en la Antigüedad clásica y en la consolidación de la importancia del hombre en la organización de las realidades histórica y natural que se aplicó en los siglos XV y XVI.
El Renacimiento no fue un fenómeno unitario desde los puntos de vista cronológico y geográfico. Su ámbito se limitó a la cultura europea y a los territorios americanos recién descubiertos, a los que las novedades renacentistas llegaron tardíamente. Su desarrollo coincidió con el inicio de la Edad Moderna, marcada por la consolidación de los Estados europeos, los viajes transoceánicos que pusieron en contacto a Europa y América, la descomposición del feudalismo, el ascenso de la burguesía y la afirmación del capitalismo. Sin embargo, muchos de estos fenómenos rebasan por su magnitud y mayor extensión en el tiempo el ámbito renacentista

El humanismo

El humanismo es un movimiento intelectual, filológico, filosófico y cultural europeo estrechamente ligado al Renacimiento cuyo origen se sitúa en el siglo XIV en la península Itálica (especialmente en Florencia, Roma y Venecia) en personalidades como Dante Alighieri, Francesco Petrarca y Giovanni Boccaccio. Buscan la Antigüedad Clásica y retoma el antiguo humanismo griego del siglo de oro y mantiene su hegemonía en buena parte de Europa hasta fines del siglo XVI, cuando se fue transformando y diversificando a merced de los cambios espirituales provocados por la evolución social e ideológica de Europa, fundamentalmente al coludir con los principios propugnados por las reformas (luterana, calvinista, etc.), la Contrarreforma católica, la Ilustración y la Revolución francesa del siglo XVIII. El movimiento, fundamentalmente ideológico, tuvo así mismo una estética impresa paralela, plasmada, por ejemplo, en un nuevo tipo de letra, la redonda conocida como letra humanística, imitada de la letra uncial latina antigua, que vino a sustituir poco a poco a la letra gótica medieval.

La revolución industrial

La Revolución industrial fue un gran periodo histórico com-prendido entre la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX, en el que Gran Bretaña en primer lugar, y el resto de Europa continental después, sufren el mayor conjunto de transformaciones socio económicas, tecnológicas y culturales de la Historia de la humanidad, desde el Neolítico.
La economía basada en el trabajo manual fue reemplazada por otra dominada por la industria y la manufactura. La Revolución comenzó con la mecanización de las industrias textiles y el desarrollo de los procesos del hierro. La expansión del comercio fue favorecida por la mejora de las rutas de transportes y posteriormente por el nacimiento del ferrocarril. Las innovaciones tecnológicas más importantes fueron la máquina de vapor y la denominada Spinning Jenny, una potente máquina relacionada con la industria textil. Estas nuevas máquinas favorecieron enormes incrementos en la capacidad de producción. La producción y desarrollo de nuevos modelos de maquinaria en las dos primeras décadas del siglo XIX facilitó la manufactura en otras industrias e incrementó también su producción.
Así es que en la Revolución industrial se aumenta la cantidad de productos y se disminuye el tiempo en el que estos se realizan, dando paso a la producción en serie, ya que se simplifican tareas complejas en varias operaciones simples que pueda realizar cualquier obrero sin necesidad de que sea mano de obra cualificada, y de este modo bajar costos en producción y elevar la cantidad de unidades producidas bajo el mismo costo fijo.

martes, 24 de mayo de 2011

Napoleón en Egipto

En marzo de 1798 Bonaparte propuso llevar a cabo una expedición para colonizar Egipto, en aquel entonces una provincia otomana, con el objetivo de proteger los intereses comerciales franceses y cortar la ruta de Gran Bretaña a la India. El Directorio, aunque preocupado por el alcance y el costo de la expedición, rápidamente aprobó la empresa dado que significaba sacar a Bonaparte del centro del poder.

El aspecto más inusual de dicha expedición es la inclusión de un buen número de científicos, lo cual, según algunos, reflejaba la devoción de Bonaparte a los principios e ideas del entonces periodo de Ilustración. Otros, sin embargo, lo vieron como una maniobra propagandística que sólo buscaba ocultar las intenciones imperialistas de Napoleón. 

lunes, 23 de mayo de 2011

Batalla de Austerlitz

Ahora le contaremos algo de otra batalla de Napoleón. En este caso, es la batalla de Austerlitz.


martes, 17 de mayo de 2011

Conde- Duque de Olivares

En 1615 consiguió que Francisco de Sandoval, duque de Lerma le nombrase gentilhombre de cámara del príncipe Felipe, futuro Felipe IV, con lo que regresó a la corte. Desde ese cargo intervino en las luchas de poder entre el valido del rey, el duque de Lerma y su hijo, el duque de Uceda, apoyando a este último. A la caída de aquel, en 1618, Olivares se encontró formando parte de la facción ganadora. Desde ese papel, emprendió la creación de un polo de poder alternativo, apoyándose en su tío Baltasar de Zúñiga, que había sido llamado a la corte en 1617 por el duque de Uceda, a sugerencia de Olivares. Éste, hombre inteligente y de gran influencia, supo hacerse con el favor del futuro Felipe IV, de forma que cuando accedió al trono en 1621 le nombró favorito en lugar del duque de Uceda, triunfando la facción de Olivares. El 10 de abril de ese año, el rey concedió a Olivares el título de grande de España, utilizando la fórmula convencional "Conde de Olivares, cubríos". Finalmente, a la muerte de su tío en 1622, se hizo cargo del gobierno como valido.
En lo tocante a la política que habría de seguir en Nueva España envió para poner en práctica su proyecto reformista al marqués de los Gelves, hombre ya viejo para la época pero acostumbrado a obedecer.
Desde 1622 sus cargos en la corte fueron sumiller de corps y caballerizo mayor, con los que se garantizaba el acceso constante a la persona del rey, tanto dentro de palacio como cuando salía de caza, e incluso con la obligación de dormir en sus aposentos. Desde 1636 también fue camarero mayor. Aparte de otras dignidades y oficios, llegó a ser Comendador Mayor de la orden de Alcántara, Alcaide del Alcázar de Sevilla, Gran Canciller de Indias, General de la caballería española, Tesorero general de la Corona de Aragón y Teniente General. Tuvo asiento en las Cortes de Castilla.

Los Validos

El valido fue una figura política (el valimiento) propia del Antiguo Régimen en la Monarquía Hispánica, que alcanzó su plenitud bajo los llamados Austrias menores en el siglo XVII. No puede considerarse como una institución, ya que en ningún momento se trató de un cargo oficial, puesto que únicamente servía al rey mientras éste tenía confianza en la persona escogida.
Aunque no es un cargo con nombramiento formal, el de valido era el puesto de mayor confianza del monarca en cuestiones temporales. Es importante el matiz, porque las cuestiones espirituales eran competencia del confesor real, figura de importancia política nada desdeñable. Las funciones que ejercía un valido eran las de máximo nivel en la toma de decisiones políticas, más que un consejero, pues en la práctica gobernaba en nombre del rey, en un momento en el que las monarquías autoritarias han concentrado un enorme poder en su figura. Si el rey no puede o no quiere gobernar por sí mismo, es imprescindible el valido.
Se utilizan como sinónimos los términos favorito o privado. Conviene evitar el término primer ministro que en alguna ocasión (sobre todo a finales del siglo XVII) se utilizó para situar al valido por encima de cualquier otro ministro o funcionario, pero que se confunde con el concepto totalmente diferente de primer ministro en la monarquía británica, equivalente a lo que en España se llama presidente del consejo de ministros, un cargo propio de la Monarquía Constitucional o la Monarquía Parlamentaria, no existente antes del siglo XIX.

Duque de Lerma

Francisco Gómez de Sandoval-Rojas y Borja (Tordesillas, 1553 - Valladolid, 1625), más conocido como Francisco de Sandoval y Rojas, V marqués de Denia, I marqués de Cea, sumiller de Corps, caballerizo mayor, I duque de Lerma desde 1599, primer ministro y valido de Felipe III (1598-1621).
Don Francisco nació en Tordesillas siendo educado en la corte de Felipe II. Su abuelo materno fue Francisco de Borja (San Francisco de Borja). Pertenecía a una familia con tradición en el cargo de Adelantado de Castilla desde 1412.
Fue el hombre más poderoso del reinado de Felipe III. Se hizo inmensamente rico a costa de saber manejar el tráfico de influencias, la corrupción y la venta de cargos públicos. Por otra parte fue un verdadero mecenas en la ciudad de Lerma en Burgos, donde empleó gran parte de su fortuna en engrandecerla y embellecerla contratando a los más sobresalientes arquitectos y utilizando los mejores materiales.
Por su cargo de ministro del rey se convirtió en el hombre más cercano y de mayor confianza del monarca consiguiendo incluso que éste trasladase la Corte de Madrid a Valladolid (1601). El duque efectuó una magistral operación inmobiliaria seis meses antes del traslado, comprando propiedades e invirtiendo en su propio beneficio. Es lo que modernamente se conoce como especulación. Algunas de estas propiedades, como la llamada Huerta de la Ribera, se la vendió años después al rey, pocos meses antes del regreso de la corte a Madrid. Compró también un palacio a don Francisco de los Cobos, edificio que vendió al año siguiente también al rey y que fue convertido en palacio real.
El regreso de la corte de Felipe III a Madrid en 1606 se hace también por la influencia y los consejos del duque de Lerma. Los historiadores piensan que este regreso estaba preparado de antemano y que el duque nunca tuvo la intención de abandonar por completo Madrid. Se sabe por los documentos que se conservan que ya en 1603 existen ciertas maniobras y acuerdos entre el alcalde de Madrid y el duque.

Austrias Menores

Se conoce como Austrias menores a los tres últimos representantes de esta dinastía en España: Felipe III (1598-1621), Felipe IV (1621-1665) y Carlos II (1675-1700), mediando entre los dos últimos una regencia de diez años conducida por Mariana de Austria, esposa de Felipe IV. La dilatada etapa que representan estos monarcas -más de cien años- es de una larga y agonizante decadencia de la monarquía hispánica, por motivo principalmente de sus guerras exteriores, que consumían toda la Hacienda y arruinaban al país, y también por los conflictos internos, especialmente desde Felipe IV.

El período correspondiente a los Austrias menores es el del siglo XVII, una centuria de vuelta a la feudalización y grave crisis económica, empeorada por las hambrunas y la peste. La crisis del siglo XVII afectó a toda Europa, pero fue especialmente grave en España. De este siglo, la otrora gran potencia de Carlos V y Felipe II saldría derrotada, arruinada, y convertida en una monarquía de segundo orden bajo la tutela francesa. Los primeros síntomas de la crisis, experimentados ya en tiempos de Felipe II con las bancarrotas y las guerras en los Países Bajos, se acentuaron a su muerte. Pero la plata que llegaba de América sostenía artificialmente una situación condenada a resentirse. Si bien es cierto que los famosos Tercios españoles permanecieron invictos durante varias décadas y cosecharon grandes éxitos tanto en Alemania como en Holanda, el agotamiento económico y demográfico al que estaba sometida, especialmente, Castilla, acabaría imponiéndose.

Conde- Duque de Olivares

Gaspar de Guzmán y Pimentel Ribera y Velasco de Tovar (Roma, 6 de enero de 1587 - Toro, 22 de julio de 1645), noble y político español, III conde de Olivares, I duque de Sanlúcar la Mayor, I marqués de Heliche y I conde de Arzarcóllar, conocido como el Conde-Duque de Olivares, valido del rey Felipe IV.
Nieto de Pedro Pérez de Guzmán y Zúñiga, I conde de Olivares, y bisnieto del III duque de Medina Sidonia, nació en Roma, donde su padre, Enrique de Guzmán, era embajador de España. Vivió en Italia hasta los doce años, pues su padre fue sucesivamente virrey de Sicilia y de Nápoles. Como tercer hijo de la Casa de Olivares, rama menor de la poderosa Casa de Medina Sidonia, se le destinó a la carrera eclesiástica. A los catorce años fue enviado a estudiar derecho canónico a la Universidad de Salamanca. Sin embargo, las muertes sucesivas de sus dos hermanos mayores le convirtieron en heredero del título, de forma que tuvo que abandonar en 1604 los estudios para acompañar a su padre en la corte de Felipe III, donde éste había sido nombrado miembro del Consejo de Estado y Contador Mayor de Cuentas. Al morir su padre en 1607, heredó el mayorazgo de Olivares y se concentró en cortejar a su prima, Inés de Zúñiga y Velasco, con la que se casaría ese año, con la pretensión de obtener el título de Grande de España. Ante el fracaso en esta pretensión, se retiró a Sevilla para administrar sus dominios, donde pasaría ocho años y compraría la jurisdicción de la villa de Bollullos de la Mitación.

martes, 10 de mayo de 2011

2 de mayo

El Levantamiento del dos de mayo, ocurrido en 1808, es el nombre por el que se conocen los hechos acontecidos en Madrid (España) aquella jornada, surgidos por la protesta popular ante la situación de incertidumbre política generada tras el Motín de Aranjuez. Reprimida la protesta por las fuerzas napoleónicas presentes en la ciudad, se extendió por todo el país una ola de proclamas de indignación y llamamientos públicos al levantamiento armado que desembocarían en la Guerra de Independencia Española.

Batalla de Waterloo


Godoy

Manuel Godoy y Álvarez de Faria (Badajoz, 12 de mayo de 1767 - París, 4 de octubre de 1851) fue un noble y político español, favorito y primer ministro de Carlos IV entre 1792 y 1797, y nuevamente de 1801 a 1808. Fue duque de la Alcudia y de Sueca y Príncipe de la Paz, por la negociación de la Paz de Basilea (1795), que trocaría en el exilio por el principado de Basano.
De origen hidalgo, fue elevado de forma meteórica al poder por Carlos IV, que le concedió títulos y honores, le dotó de una inmensa riqueza y le confió los más altos cargos del Estado, ante la incapacidad de las camarillas cortesanas del inicio de su reinado, encabezadas por los condes de Floridablanca (Secretario de Estado de 1777 a 1792) y Aranda (idem en 1792) para hacer frente a las turbulencias del momento.
Como Secretario de Estado (1792-8) y Generalísimo (1801-8) estuvo al frente del gobierno de España durante la crisis europea provocada por la Revolución Francesa y las ambiciones de Napoleón Bonaparte, que culminó con la invasión francesa de 1808 y la Guerra de Independencia, pocos meses después de la caída de Carlos IV y el propio Godoy a causa del Motín de Aranjuez. A lo largo de su valimiento, lleno de luces y sombras, logró mantener la situación de España ante el poderío de Francia con una política exterior pragmática -en tanto que otras potencias como Austria, Prusia u Holanda eran humilladas o anexionadas-, mientras que en el interior trató de llevar a cabo un programa reformista ilustrado que generó un profundo rechazo en muchos grupos sociales, en especial entre la nobleza y el clero.
Godoy, uno de los personajes más vilipendiados de la Historia de España, ha sido objeto en los últimos tiempos de una serie de estudios rehabilitadores coincidentes con el 150 aniversario de su muerte.

José Bonaparte

José I Bonaparte (Corte, 7 de enero de 1768 – Florencia, 28 de julio de 1844) fue un político, diplomático y abogado francés, hermano mayor de Napoleón Bonaparte, diputado por Córcega en el Consejo de los Quinientos (1797-1799) y secretario del mismo, y nuevamente en el Cuerpo Legislativo (1799-1800), ministro plenipotenciario y miembro del Consejo de Estado (1800-1804), Príncipe y Gran Elector del Primer Imperio Francés (1804-1806), rey de Nápoles entre el 30 de marzo de 1806 y el 5 de julio de 1808 y rey de la España ocupada por los franceses entre el 6 de junio de 1808 y el 11 de diciembre de 1813, teniente general del Imperio francés (1814).
En España, su proclamación como monarca fue precipitada por el incremento de la violencia que siguió al episodio del Levantamiento del 2 de mayo y culminó un periodo de convulsiones e intrigas políticas instigadas por la estrategia del emperador Napoleón I para obtener la abdicación del trono de la dinastía reinante de Carlos IV de España asegurando la influencia y primacía del Primer Imperio Francés e incrementando la dependencia española para con los intereses políticos, económicos y militares bonapartistas, en detrimento de sus naciones enemigas, principalmente Portugal y Gran Bretaña. Sin embargo, lejos de obtener una legitimación ante la mayoría de la opinión pública y de frenar la dinámica de enfrentamiento armado, esta proclamación fue rechazada por los órganos de poder autóctonos como el Consejo de Castilla y la Junta Suprema Central y más adelante, por las Cortes reunidas en Cádiz, decidiendo la generalización del conflicto de la Guerra de la Independencia Española. En este contexto, el gobierno de José I Bonaparte, que debía distinguirse por su carácter reformista surgido de la Carta de Bayona, solo pudo ejercerse en las áreas bajo el control militar del Ejército imperial, y aunque la mayor parte de sus acciones no pudieron concretarse ante el continuo hostigamiento o fueron derogadas durante el reinado de Fernando VII de España, otras perduraron, como las mejoras de urbanismo en varias ciudades.
Entre otras distinciones, José Bonaparte fue también Gran Maestre del Gran Oriente de Francia y del Gran Oriente de Italia, así como Gran Águila de la Legión de Honor. En España fue motejado despectivamente como Pepe Botella o Pepe Plazuelas

Motín de Aranjuez.

El Motín de Aranjuez fue un levantamiento nobiliario ocurrido el 18 de marzo de 1808 por las calles de esta localidad madrileña. Se desencadenó debido a varias causas, entre ellas las consecuencias de la derrota de Trafalgar que recayó fundamentalmente en las clases humildes. A ello hay que sumarle el descontento de la nobleza, la impaciencia de Fernando VII por reinar, la acción de los agentes de Napoleón y las intrigas de la Corte, donde se iba creando un núcleo opositor en torno al Príncipe de Asturias, el futuro Fernando VII, formado por aristócratas recelosos del poder absoluto de Godoy.
La presencia de tropas francesas en España, en virtud del tratado de Fontainebleau se había ido haciendo amenazante a medida que iban ocupando (sin ningún respaldo del tratado) diversas localidades españolas (Burgos, Salamanca, Pamplona, San Sebastián, Barcelona o Figueras). El total de soldados franceses acantonados en España asciende a unos 65.000, que controlan no sólo las comunicaciones con Portugal, sino también con Madrid, así como la frontera francesa.
La presencia de esta tropas terminó por alarmar a Godoy. En de 1808, tras correr por las calles de Aranjuez el rumor del viaje de los reyes, una pequeña multitud (compuesta por empleados de los nobles llegados al efecto, puesto que al ser sitio Real y no Villa, Aranjuez no tenia una población villana que pudiera alzarse por si sola) , dirigida por miembros del partido fernandino, nobles cercanos al Príncipe de Asturias, se agolpa frente al Palacio Real y asalta el palacio de Godoy, quemando aquellos enseres que no fueron directamente saqueados. El día 19, por la mañana, Godoy es encontrado escondido entre esteras de su palacio y trasladado hasta el Cuartel de Guardias de Corps, en medio de una lluvia de golpes. Ante esta situación y el temor de un linchamiento, interviene el príncipe Fernando, verdadero dueño de la situación, en el que abdica su padre al mediodía de ese mismo día, convirtiéndolo en Fernando VII.
Los acontecimientos de Aranjuez fueron los primeros estertores de la agonía del Antiguo Régimen en España. El pueblo había sido manipulado, pero en cualquier caso, su intervención fue decisiva, puesto que no sólo consiguió la renuncia de un ministro odiado (ya había ocurrido en el motín de Esquilache, en 1766), sino también la renuncia de un soberano y el acceso al trono de un nuevo rey, legitimado por la voluntad popular. Caro fue el precio pagado; la sangre de la guerra de la independencia y un posterior reinado de Fernando VII nefasto y que acabaría en la primera guerra carlista.
Estos hechos se conmemoran todos los años en las Fiestas de Aranjuez o del Motín, que tienen lugar la primera semana de septiembre coincidiendo con la feria local.

viernes, 6 de mayo de 2011

Tiziano

Tiziano Vecellio o Vecelli, conocido tradicionalmente en español como Tiziano o Ticiano (Pieve di Cadore, Belluno, 1477 - Venecia, 27 de agosto de 1576), fue un pintor italiano del Renacimiento, uno de los mayores exponentes de la Escuela veneciana.

Reconocido por sus contemporáneos como "el sol entre las estrellas", Tiziano es uno de los más versátiles pintores italianos, igualmente capacitado para ejecutar retratos, paisajes (dos de los temas que le lanzaron a la fama), escenas mitológicas o cuadros de temática religiosa. Si hubiese fallecido a los cuarenta años, seguiría considerándosele el artista más influyente de su época. Sin embargo, tuvo una larga y dilatada carrera, y su obra atravesó muchas y diferentes etapas, en las que su estilo cambió tan drásticamente que algunos críticos tienen problemas para creer que los cuadros de su primera etapa y los de las posteriores hayan salido de la misma mano.

Si el lugar de nacimiento de Tiziano se conoce con certeza, la fecha es una incógnita. Existen tres hipótesis basadas en los documentos de la época. Según su partida de defunción, que se guarda en la iglesia veneciana de San Canciano, el artista murió a la "edad de ciento tres años", por lo que el nacimiento se fecharía en 1473. Por otro lado, en la correspondencia de Tiziano a Felipe II de 1571, el pintor se presenta como "este servidor suyo de noventa y cinco años de edad", deduciremos por tanto que nació en 1476. Sus contemporáneos Ludovico Dolce y Giorgio Vasari estiman que la fecha estaría comprendida entre 1488 y 1490. Ante estas diferencias, la crítica internacional se encuentra dividida. Los historiadores Harold Wethey y Sydney Freedberg creen más fiable el nacimiento entre 1488 y 1490. El Centro de Estudios de Tiziano y otros autores determinan que debió producirse entre 1480 y 1485, desechando otras fechas por la precocidad demasiado sospechosa a juicio de algunas obras iniciales. Esta última opinión es la que está más consolidada. Puede que la razón de la fecha errónea en la carta al rey español se debiera a que el artista pretendía presentarse como un venerable anciano para recabar la compasión del monarca.

Tiziano procedía de una familia con elevado status en Cadore: era el cuarto hijo de Gregorio Vecelli, un distinguido concejal y militar, y de su esposa Lucia. No existían antecedentes familiares en el campo del arte. Sin embargo, a la edad de 10 años, Tiziano y su hermano mayor, Francesco, acudieron a Venecia para ingresar como aprendices en el taller de Sebastiano Zuccato, un famoso mosaiquista. Debido a su incipiente talento, en el transcurso de tres o cuatro años, entró en el estudio del venerable pintor Giovanni Bellini, que en ese momento era el artista más reconocido de la ciudad. Allí se encontró con un grupo de jóvenes que conformarían la primera generación de pintores de la Escuela veneciana: Giovanni Palma da Serinalta, Lorenzo Lotto, Sebastiano Luciani, y Giorgio da Castelfranco, conocido como Giorgione. Su hermano Francesco también gozó de cierta relevancia en Venecia.

El fresco sobre Hércules en el palacio Morosini se considera como una de sus primeras creaciones. Otras obras tempranas son la Virgen con el Niño del palacio de Belvedere en Viena y la Visitación de María a Isabel (del convento de San Andrés), expuesta hoy en la Galería de la Academia de Venecia. Tiziano y Giorgione, en esta época, estuvieron asociados, de ahí la dificultad de distinguir sus primeras obras. La primera obra conocida de Tiziano, el pequeño Ecce Homo de la Escuela de San Roque, fue durante mucho tiempo atribuido a Giorgione. La misma confusión de identificación se produce con más de algunas de sus Sacra conversazione. Estos dos maestros fueron los líderes de la nueva escuela de "arte moderna" de pintura, que adquirió modos de ejecución más flexibles, libres de la simetría y el hieratismo que aún podemos observar en la obra de Giovanni Bellini.

De 1507 a 1508, se le encargó a Giorgione la remodelación de la Fondaco dei Tedeschi, lonja de los poderosos comerciantes alemanes en la ciudad adriática. Tiziano y Morto da Feltrecolaboraron con él en la realización de los frescos, conservándose aún algunos de los fragmentos de Tiziano. Esta obra se conoce con exactitud debido a los grabados de Domenico Fontana, ya que no se preservan íntegramente los frescos.

jueves, 5 de mayo de 2011

Guerra de Felipe II contra los Países Bajos

Los Países Bajos fueron dejados a Felipe II en herencia por su padre, Carlos I, en unión del Franco Condado, para que España, la nación más poderosa del mundo, defendiera al Imperio de Francia. Por esta razón, era un punto a la vez estratégico y de debilidad para Felipe II. Estratégico pues a mediados del siglo XVI Amberes era el puerto más importante de Europa del norte, que servía como base de operaciones a la Armada española, y un centro donde se comerciaba con bienes de toda Europa y se vendía la lana castellana. Lana, de oveja merina, procesada en los Países Bajos que, vendida a precios razonables, llegaría manufacturada a España, con el correspondiente valor añadido, pero menor que si hubiera sido manufacturada en la península puesto que allí la mano de obra era más barata.
Una debilidad, pues para los Países Bajos no sólo supuso un cambio de rey sino también un cambio de «dueño», pasaron de formar parte de un imperio a formar parte del reino más poderoso de la época. A diferencia de Castilla, Aragón y Nápoles, los Países Bajos no eran parte de la herencia de los Reyes Católicos, y veían a España como un país extranjero. Así lo sentían los propios ciudadanos de los Países Bajos, pues veían, a diferencia de Carlos I a un Rey extranjero (nacido en Valladolid, con la Corte en Madrid, nunca vivía en aquellos territorios y delegaba su gobierno). A esto hay que añadir el choque religioso que se estaba gestando dentro de Flandes, y que sería azuzado por la posición de Felipe II en el plano religioso, las guerras de religión volvían al corazón de Europa después de la Guerra de los Treinta Años.
Gobernados por su hermana Margarita de Parma desde 1559, se encaró a los nobles rebeldes que pedían una mayor autonomía y a los protestantes que exigían el respeto a su religión dando inicio a la Guerra de los Ochenta Años. Sin embargo, Felipe II era de otra opinión. El Rey quería aplicar los acuerdos tridentinos, como había exigido a Catalina de Médicis en Francia contra la nobleza hugonota francesa.
Al conocer en los Países Bajos la decisión de aplicar los acuerdos tridentinos, las mismas autoridades civiles se mostraron reacias a aplicar las penas dictadas por los inquisidores y, fruto de un gran malestar, comenzó un ambiente de revolución. La baja nobleza se concentró en Bruselas el 5 de abril de 1566 en el palacio de la gobernadora, siendo despreciada como mendigos, adjetivo que tomarían los siguientes nobles en sus reivindicaciones, vistiéndose como tales. Los miembros del compromiso de Breda mandan a Madrid a Floris de Montmorency, Barón de Montigny, y luego al Marqués de Berghes, que ya no volverían.
Tras aumentar la tensión y los conflictos en Amberes, la gobernadora pidió al Guillermo de Orange que pusiera orden, aceptando éste de mala gana pero pacificando la ciudad.

Felipe II, guerra contra Francia.

Mantuvo las guerras con Francia, por el apoyo francés a los rebeldes flamencos, obteniendo grandes victorias en San Quintín (1557) y Gravelinas (1558). La primera de ellas ocurrió el 10 de agosto de 1557, festividad de San Lorenzo, en recuerdo de lo cual hizo edificar el Monasterio de El Escorial, edificio con planta en forma de parrilla (1563–1584). En este monumental edificio, el más grande de su tiempo (y llamado entonces la octava maravilla del mundo), y concretamente en la Cripta Real están enterrados desde entonces casi todos los reyes españoles y sus miembros familiares más cercanos.
En la Paz de Cateau-Cambrésis de 1559, Francia reconoció la supremacía hispánica, los intereses españoles en Italia se vieron favorecidos y se pactó el matrimonio con Isabel de Valois. Los problemas continuaron a partir de 1568 por el apoyo a los rebeldes flamencos de los hugonotes franceses.
Al término de las guerras italianas en 1559, la Casa de Austria había conseguido asentarse como la primera potencia mundial, en detrimento de Francia. Los estados de Italia, que durante la Edad Media y el Renacimiento habían acumulado un poder desproporcionado a su pequeño tamaño, vieron reducido su peso político y militar al de potencias secundarias, desapareciendo algunos de ellos.
En 1582 Álvaro de Bazán, el mejor marinero de la época, derrota a una escuadra de Corsarios franceses en la Batalla de la Isla Terceira, en la que se emplearon por primera vez en la historia fuerzas de infantería de tierra para la ocupación de playa, barcos y terreno, lo que se considera como «el nacimiento de la Infantería de Marina»
En 1590, aprovechando la muerte del cardenal de Borbón, rey de Francia por la Liga Católica, Felipe II intervino en las Guerras de religión de Francia contra Enrique IV. En los Estados Generales de 1593 convocados por el Duque de Mayene, como Lugarteniente General rival a Enrique IV, denegaron reconocer a Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II, como reina de Francia, lo que aprovechó Enrique IV para convertirse al catolicismo.La posición y esperanzas de Felipe II se desvanecieron hasta llegar a la Paz de Vervins (1598), en la que se restablecía la paz de Cateau-Cambrésis.

Fray Luis de León

Fray Luis de León[1] (Belmonte, Cuenca, 1527 o 1528[2] – Madrigal de las Altas Torres, Ávila, 23 de agosto[3] de 1591) fue un poeta, humanista y religioso agustino español de la Escuela salmantina.
Fray Luis de León es uno de los escritores más importantes de la segunda fase del Renacimiento español junto con Francisco de Aldana, Alonso de Ercilla, Fernando de Herrera y San Juan de la Cruz y forma parte de la literatura ascética de la segunda mitad del siglo XVI. Su poesía está inspirada por el deseo del alma de alejarse de todo lo terrenal para poder alcanzar a Dios, identificado con la paz y el conocimiento. Los temas morales y ascéticos dominan toda su


biografia

Fray Luis nació en Belmonte en 1527. Su padre era un abogado y consejero regio que residió en Madrid y Valladolid, ciudades donde hizo estudios de niño. Cuando cumplió los catorce años, marchó a estudiar a Salamanca, ciudad que constituyó el centro de su vida intelectual como profesor de su universidad. Allí ingresó en la Orden de los Agustinos (Orden de San Agustín), probablemente en enero de 1543, y profesó el 29 de enero de 1544.
Estudió filosofía con Fray Juan de Guevara y teología con Melchor Cano. En el curso de 1556-1557 conoció a fray Cipriano de la Huerga, un orientalista catedrático de Biblia en Alcalá de Henares, encuentro que supondría una experiencia capital en la formación intelectual de fray Luis.[4] Asimismo un tío suyo, profesor de la universidad salmantina, le orientó en esos momentos.
Empezó su lucha por las cátedras: la de la Biblia que había dejado vacante Juan Gallo al ser nombrado para la diócesis de Orihuela, la de Santo Tomás, que ganó al año siguiente, 1561, al fuerte pretendiente dominico el maestro Diego Rodríguez. Estuvo un periodo en la cárcel (en Valladolid, en la calle que ahora recibe el nombre Fray Luis de León) por traducir la Biblia a la lengua vulgar sin licencia; concretamente, por su célebre versión del Cantar de los cantares; su defensa del texto hebreo irritaba a los escolásticos más intransigentes, en especial el profesor de griego León de Castro y el dominico fray Bartolomé de Medina, quien estaba enfadado contra él por algunos fracasos académicos y redactó una serie de proposiciones que lo llevaron a la cárcel junto a los maestros Gaspar de Grajal y Martín Martínez de Cantalapiedra. En prisión escribió De los nombres de Cristo y varias poesías entre las cuales está Canción a Nuestra Señora. Tras su estancia en la cárcel (del 27 de marzo de 1572 al 7 de diciembre de 1574), fue nombrado profesor de Filosofía Moral y un año más tarde obtuvo la cátedra de la Sagrada Escritura, que obtuvo en propiedad en 1579. En la universidad fue profesor de San Juan de la Cruz, que se llamaba por entonces Fray Juan de Santo Matía.
En Salamanca se divulgaron pronto las obras poéticas que el agustino componía como distracción, y atrajeron las alabanzas de sus amigos, los humanistas Francisco Sánchez de las Brozas (el Brocense) y Benito Arias Montano, los poetas Juan de Almeida y Francisco de la Torre, y otros como Juan de Grial, Pedro Chacón o el músico ciego Francisco de Salinas, que formaron la llamada primera Escuela de Salamanca o salmantina.
Las envidias y rencillas entre órdenes y las denuncias del catedrático de griego, León de Castro, entre otros profesores, le llevaron a las cárceles de la Inquisición bajo la acusación de preferir el texto hebreo del Antiguo Testamento a la versión latina (la traducción Vulgata de San Jerónimo) adoptada por el Concilio de Trento, lo cual era cierto, y de haber traducido partes de la Biblia, en concreto el Cantar de los Cantares, a la lengua vulgar, cosa expresamente prohibida también por el reciente concilio y que sólo se permitía en forma de paráfrasis. Por lo primero fueron perseguidos y encarcelados también sus amigos los hebraístas Gaspar de Grajal y Martín Martínez de Cantalapiedra. Aunque era inocente de tales acusaciones, su prolija defensa alargó el proceso, que se demoró cinco largos años, tras los cuales fue finalmente absuelto. Parece cierto que se le puede atribuir la décima que presuntamente, al salir de la cárcel, escribió en sus paredesobra.

El Greco

Doménikos Theotokópoulos, en griego Δομήνικος Θεοτοκόπουλος (Candía, 1541 – Toledo, 1614), conocido como el Greco («el griego»),[1] fue un pintor del final del Renacimiento que desarrolló un estilo muy personal en sus obras de madurez.

Hasta los 26 años vivió en Creta, donde fue un apreciado maestro de iconos en el estilo posbizantino vigente en la isla. Después residió diez años en Italia, donde se transformó en un pintor renacentista, primero en Venecia, asumiendo plenamente el estilo de Tiziano y Tintoretto, y después en Roma, estudiando el manierismo de Miguel Ángel. En 1577 se estableció en Toledo (España), donde vivió y trabajó el resto de su vida.

Su formación pictórica fue compleja, obtenida en tres focos culturales muy distintos: su primera formación bizantina fue la causante de importantes aspectos de su estilo que florecieron en su madurez; la segunda la obtuvo en Venecia de los pintores del alto renacimiento, especialmente de Tiziano, aprendiendo la pintura al óleo y su gama de colores —él siempre se consideró parte de la escuela veneciana—; por último, su estancia en Roma le permitió conocer la obra de Miguel Ángel y el manierismo, que se convirtió en su estilo vital, interpretado de una forma autónoma.[2]


Su obra la componen grandes lienzos para retablos de iglesias, numerosos cuadros de devoción para instituciones religiosas -en los que a menudo participó su taller- y un grupo de retratos considerados del máximo nivel. En sus primeras obras maestras españolas se aprecia la influencia de sus maestros italianos. Sin embargo, pronto evolucionó hacia un estilo personal caracterizado por sus figuras manieristas extraordinariamente alargadas con iluminación propia, delgadas, fantasmales, muy expresivas, en ambientes indefinidos y una gama de colores buscando los contrastes. Este estilo se identificó con el espíritu de la Contrarreforma y se fue extremando en sus últimos años.


Actualmente está considerado uno de los artistas más grandes de la civilización occidental. Esta alta consideración es reciente y se ha ido formando en los últimos cien años, cambiando la apreciación sobre su pintura formada en los dos siglos y medio que siguieron a su muerte, en que llegó a considerarse un pintor excéntrico y marginal en la historia del arte.[3]




Juan de Herrera.

Juan de Herrera fue un arquitecto, matemático y geómetra español, considerado uno de los máximos exponentes de la arquitectura renacentista hispana. Nació en el año 1530 en el barrio de Movellán, en la localidad de Roiz, perteneciente al municipio cántabro de Valdáliga, y murió en Madrid el 15 de enero de 1597.

Su sobrio y severo estilo arquitectónico, llamado herreriano en su honor, fue representativo del reinado de Felipe II (r. 1556-1598) e influyó notablemente en la arquitectura española posterior, principalmente a lo largo del siglo XVII.

Su obra arquitectónica más importante es el Monasterio de El Escorial, en el municipio madrileño de San Lorenzo de El Escorial, que Herrera acabó en 1584, tras reorganizar el proyecto original de Juan Bautista de Toledo.

Como figura del Renacimiento, se interesó en diferentes ramas del saber y manifestó un espíritu aventurero y un afán de novedades. Su "Discurso sobre la figura cúbica" revela sus conocimientos de geometría y matemáticas y su participación en algunas de las campañas militares de Carlos I (en Alemania, Flandes e Italia) habla de su talante inquieto.