martes, 15 de febrero de 2011

El castillo medieval.

Los castillos son las construcciones más emblemáticas del feudalismo.
El denominado proceso de encastillamiento de la Europa medieval se realiza en tres fases a las que corresponden tres tipos de fortaleza:
  • Los castrum, o formaciones rocosas para refugio del pueblo (siglos VI al VII).
  • Construcciones más reducidas en estos mismos lugares o en motas creadas por movimientos de tierras con gran capacidad defensiva (siglos X al XIII).
  • Reductos de defensa menos altaneros, pequeñas motas señoriales o casas fortificadas (siglos XIV y XV).
La multiplicación de castillos se produce a partir del siglo X y hasta el siglo XV, y muchos de ellos no están relacionados directamente con la defensa. Estos pertenecen al rey, condes, obispos, etc., en los que poseen un guarnición (milites castri). Estas estructuras guerreras no tienen como único fin el asegurar la paz en la región, sirven también al señor para extender su dominio y hacerlo más provechoso.
Las fortalezas juegan un papel muy importante en las guerras medievales. En realidad estas consistían en una sucesión de asedios y unas pocas batallas más solemnes y sangrientas.


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