martes, 1 de marzo de 2011

Rodrigo, el último rey visigodo

Desempeñaba el cargo de gobernador de la Bética cuando, al fallecer Witiza, fue aupado al poder por un poderoso grupo de nobles, con lo que entró en conflicto con Agila II, soberano en la Tarraconensis y la Narbonensis, e hijo del fallecido monarca. Estalló entonces una lucha por el trono que desembocó en la llamada de auxilio a los musulmanes, auspiciada por los partidarios de Ágila y facilitada por el conde de Ceuta, Don Julián.
Los musulmanes prepararon una expedición. Táriq ibn Ziyad desembarcó antes en Gibraltar para tantear el terreno, para más tarde partir de nuevo con aproximadamente 7.000 efectivos desde Tánger a Gibraltar en naves pagadas con el oro de don Julián. Táriq ibn Ziyad, gobernador de Tánger, estaba al mando del contingente, en su mayoría bereber.
De hecho, por causa de la ausencia del rey (por aquellos días en el norte) tuvieron tiempo para establecer su base en el lugar donde más tarde se alzaría la ciudad de Algeciras, rechazando a un pequeño contingente visigodo que trató de expulsarlos de la zona. Tras oír sobre esto, Rodrigo se apresuró al sur y el 19 de julio atacó a la expedición musulmana en pleno valle de Barbate, pero cometió el error de confiar en sus rivales, a los que encomendó una parte importante de su ejército, que le abandonó momentos antes de iniciarse el combate. En inferioridad numérica, fue vencido por los musulmanes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario